Reflexiona sobre estas declaraciones de Juan pablo II.
La paz exige cuatro condiciones esenciales: Verdad, justicia, amor y libertad.
La violencia jamás resuelve los conflictos, ni siquiera disminuye sus consecuencias dramáticas.
El diálogo, basado en sólidas leyes morales, facilita la solución de los
conflictos y favorece el respeto de la vida, de toda vida humana. Por
ello, el recurso a las armas para dirimir las controversias representa
siempre una derrota de la razón y de la humanidad.
El respeto a la vida es fundamento de cualquier otro derecho, incluidos los de la libertad.
La familia es base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden
por vez primera los valores que les guían durante toda su vida.
La familia está llamada a ser templo, o sea, casa de oración: una
oración sencilla, llena de esfuerzo y ternura. Una oración que se hace
vida, para que toda la vida se convierta en oración.
Por eso América: si quieres la paz, trabaja por la justicia. Si quieres
la justicia defiende la vida. Si quieres la vida, abraza la verdad, la
verdad revelada por Dios.
La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde
el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia,
el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los
cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida.
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