Ventana Educativa y Cultural RRG

jueves, 27 de agosto de 2015

DISCURSO ACTO DE GRADO DE BACHILLERES U.E. RAÚL RAMOS GIMÉNEZ

A cargo del profesor Rafael "El Negro" Henríquez
(05 de agosto de 2015)



Profesor Rafael "El Negro" Henríquez
Señora directora, profesora Maira Gutiérrez, directora del plantel; estimados coordinadores y coordinadoras; queridos colegas profesores de las diversas asignaturas; trabajadores administrativos y de mantenimiento; padres y representantes; jubilosos graduandos de nuestro plantel, público en general.
Me honra grandemente, queridos bachilleres, hayan escogido mi nombre como padrino de su promoción, pues todos los profesores que estuvieron enfrente de ustedes impartiendo las enseñanzas, dieron lo mejor de sí para orientarlos, actuaron con impecable profesionalismo para construir los conocimientos con los que hoy incursionan hacia nuevos caminos, intentando acercarlos con fundamento a esas vivencias expectantes que se tejen en su dinámica, inquieta y activa juventud. Desde la humildad de mi corazón agradezco esta designación.

Tomen estas palabras como la última clase que recibirán como estudiantes de la Unidad Educativa Dr. Raúl Ramos Giménez, y no se extrañen cuando les diga “¡Punto!” como recompensa de su esmerada atención ante lo que les voy a decir.

Queridos bachilleres, hoy culmina una etapa más de sus vidas, cinco años llenos de emociones, de experiencias, de amistades que quedarán en el recuerdo bonito de su juventud,  de amistades que seguirán con ustedes hasta el final de sus días. Una etapa inolvidable porque, entre otras cosas, conocemos a ese amigo o amiga especial, a ese “mejor amigo” o “mejor amiga”, que no nos falla o, mejor dicho, “no nos deja morir”. Conocemos al inocente primer amor, o, a nuestra primera enamorada o enamorado. Pero al lado de estas vivencias que enriquecen y animan nuestro espíritu, conocemos a seres humanos, que como yo, emprendemos la obra de hacerlos hombres y mujeres útiles para la patria. ¿Quién pudiera regresar al pasado? Más, el tiempo es inexorable, avanza, y no nos perdona que lo hayamos perdido alguna vez.

Quiero sepan que sus padres, sus familiares, nosotros los profesores, nos sentimos especialmente orgullosos de verlos aquí sentados obteniendo el fruto de esta etapa que culminan. Hoy salen por esa puerta como jóvenes íntegros, responsables, preparados para los nuevos retos de sus vidas.

En esta última clase que, más que una clase es una conversación espiritual entre amigos, porque yo a ustedes, queridos bachilleres, siempre los he visto y tratado con el respeto y consideración con que se trata a un amigo. Siento que desde la amistad respetuosa mayor es la ayuda que se les puede dar; no contemplo en mis rutinas de docente estrategias que me alejen de los estudiantes, por el contrario, yo me acerco lo más que se pueda para que el aprendizaje sea más significativo. Indago, exploro sus hábitos, trato de conocer sus familias, el hogar de donde provienen, sus limitaciones económicas, sus amistades, en fin… Porque lo que importa en un aula de clase son los estudiantes y lo que puedan aprender para la vida.

El tema de esta conversación formal lo he basado en la esperanza, la fe, y la lucha que debemos librar para triunfar o alcanzar lo que queremos. Para ello traigo una célebre frase de un cantautor español, Joan Manuel Serrat: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Nada es fácil ni viene dado por obra y gracia del espíritu santo. Dios dijo “ayúdate que yo te ayudaré”. Hay que hacerse de las armas vitales, que son nuestros estudios y preparación, para levantarnos cuando nos sintamos derrotados. Ver el fracaso como una oportunidad para volver a empezar, y no como el fin del mundo, es lo que diferencia al triunfador.

El tiempo es oro, muchachos, y hay que coger impulso para llegar lejos. Cada segundo de nuestras vidas es tiempo para aprender. Desde primer año se dieron cuenta de lo diversa que era su educación, de los sacrificios que había que hacer (tanto ustedes como sus padres), para pasar las materias, algunos se quedaron en el camino, y la mayoría hoy está sentada orgullosamente con un título que los certifica para continuar estudios universitarios, otra tarea que requerirá más esfuerzo, más sacrificios, más constancia. No hay que rendirse. Si el camino es duro, imploremos a Dios las fuerzas necesarias, y saldremos victoriosos. Dios planificó la creación de la tierra, un día para cada creación o cosa. He allí la palabra clave: Planificar. Cada cosa que hagamos hay que planificarla, aún teniendo todos los recursos del mundo para hacernos profesionales, si no nos planificamos nos tocará una eternidad culminar.

Y todo pasa por los roles que nos toca desempeñar en la vida, de tener conciencia de lo que somos, y de  saber hacia donde vamos. Hoy son hijos e hijas, pero mañana serán padres y madres. Hoy con responsabilidad responden a sus padres con este título de bachiller, mañana deben ser responsables ustedes para que sus hijos e hijas también puedan responderles de la misma manera. Y esta continuidad no debe detenerse, pues ustedes, jóvenes, tienen la facultad de decidir qué conductas copiar de sus padres o madres, y cuando llegue el momento de ser  padres y madres tienen que ser responsables para decidir que conducta modelar a sus hijos e hijas. La sociedad la hacemos bonita o la dañamos nosotros mismos. La calidad de la sociedad está ligada a la calidad del núcleo familiar. Y el consejo de oro, mis queridos bachilleres, tratemos, contra viento y marea, conducirnos con amor a lo que nos rodea, con honestidad, con sinceridad, con responsabilidad, con respeto, con ganas de triunfar, y así el camino a transitar será mucho más llevadero. Entonces, hay que lanzarse a la carrera universitaria con determinación, con un proyecto de vida que especifique que en más tardar cinco años ya seas un médico, un ingeniero, una enfermera, un abogado, un profesor o profesora, un técnico.

Ahora, si el plan no es seguir la universidad por diversos motivos, igual la responsabilidad, y todos los criterios del valor humano deben acompañarlos para cumplir el rol de obrero, de ama de casa, del manejador de algún oficio, porque el país también necesita de esta mano de obra, además, es la más numerosa en el estrato laboral.

Siéntanse orgullosos de ser bachilleres del Raúl Ramos Giménez, una institución emblemática del municipio Bruzual, que cuenta con mujeres y hombres altamente preparados. No tienen idea del regocijo que nos invade cuando se nos acerca un ingeniero, un profesor, una profesora, un excelente obrero de una fábrica, una ejemplar ama de casa, y nos dice “Usted es el profesor del Raúl Ramos Giménez, usted me dio clase a mí”. Eso, les repito, nos llena de satisfacción.

Salgan a la calle a comerse el mundo, con humildad, con empuje, con mística, con fe, con esperanza, con perseverancia, y, sobre todo, creyendo en ustedes mismos. Allá afuera les esperan miles de cosas nuevas. Nuevas experiencias, nuevos amigos, pero sobre todo les espera el reto de prepararse para construir un país y un mundo mejor para ustedes y sus familias.

A mis colegas los felicito por el resultado magnífico de este periodo escolar, y los invito a seguir siendo los arquetipos de nuestros jóvenes valores. Sepamos que cuando nos guía un gran maestro, el camino se ve más amplio y lleno de horizonte. No desmayemos por más pesada que sea la carga. En nuestras manos está el andamiaje en donde se apoyan nuestros muchachos.

Queridos bachilleres, los recordaremos siempre, esperamos encontrarlos en las sendas de Dios con sus rostros llenos de felicidad, hombres y mujeres de bien. Y el reto es superarnos a nosotros mismos, a ser mejores padres, mejores cristianos, y los mejores profesionales.

Y para culminar, quiero decirles que, hagan lo que hagan:
  • No dejen nunca de soñar porque todo es posible.
  • Trabajen duro y sin descanso para convertir esos sueños en metas y realidades
  • Hagan las cosas bien y con pasión.
  • Sean constantes y perseverantes.
  • No tengan miedo a equivocarse.
  • Aprendan de sus errores y no paren nunca de aprender cosas nuevas.
  • Diviértanse y celebren sus triunfos (Claro, con moderación).
  • Y, crean siempre en ustedes y en lograr lo que se propongan.

¡Punto, para todos! Éxitos, bachilleres, que Dios los bendiga.

miércoles, 5 de agosto de 2015

IMÁGENES PARA EL RECUERDO