“LAS AMIGAS DE LA SALUD”
(Guión: Teatro de títeres)
Preproducción:
Definición de la temática
a difundir: Se pretende aportar y fortalecer los conocimientos, en los niños,
de los beneficios de las hierbas medicinales: Llantén, hierbabuena y menta.
Recursos materiales para
la elaboración de los títeres: Papel periódico, tela, alambre, hilos, pintura
al frío, pega.
Recursos materiales para
la elaboración del teatrino: Caja de cartón, telas, pintura al frío, papel
crepé, hilos, pega.
Elaboración del guión:
Ideas de diálogos y vivencias con las hierbas medicinales. Indagaciones a
adultos mayores sobre la medicina natural y sus beneficios.
Producción:
Asignación de personajes.
Definición de la
musicalización (Si es necesario).
Lectura dramatizada y
revisión del guión.
Ensayos parciales.
Ensayos generales.
Montaje:
Definición del espacio
para realizar la obra.
Instalación del teatrino.
Musicalizar las entradas y
acciones más importantes.
Puesta en escena.
“Las amigas de la salud”
(Teatro de Títeres)
SINOPSIS
La escena de los títeres se
desarrolla en un huerto en donde se cultivan las plantas medicinales, Llantén,
Hierbabuena y Menta. Es atendida por Pedro Granjero y su esposa Granjina. Una
ligera confusión de Pedro Granjero da inicio a la acción. Don Crispín y un
Gusano, intervienen para dar el toque picaresco y de maldad.
Personajes:
Pedro Granjero: Dueño del huerto de plantas medicinales
Doña Granjina: Esposa querendona de Pedro Granjero
Don Crispín: Adulto mayor, agraciado y muy amigo de Pedro Granjero y su querida
esposa, Doña Granjina.
Llantén:
Planta medicinal con vida humana
Hierbabuena: Planta medicinal con vida humana.
Menta:
Planta medicinal con vida humana.
Gusano Perezoso: Animal que destruye las plantas, con vida humana.
ACTO ÚNICO
(Entra Pedro Granjero, como todas
las mañanas, a revisar sus plantas medicinales. El, acostumbra regarlas y a
quitarles aquellos animales que buscan comerse sus hojas, como el Gusano
Perezoso, por ejemplo, que no ha podido quitárselo de encima. Pedro Granjero tarareando una alegre canción se asoma en la mañana).
Pedro Granjero. Yo quiero mucho a mis plantas. A mis plantas medicinales –Se detiene, y observa con sorpresa
que sus plantas no están – ¡Ah! ¿Y mis plantas? ¡Mi
Menta olorosa! ¡Mi Llantén bondadoso! ¡Mi Hierbabuena fresca! ¡¿Dónde están mis
plantas?! –Gritando a
todo pulmón –
(Don Crispin que se aproximaba,
escucha los gritos de Pedro Granjero. Y llega tan pronto pudo a ver qué le
sucedía a su gran amigo).
Don Crispín. Pedro Granjero, mi gran amigo, he escuchado tus gritos ¿Qué te ha
pasado? Parece que se te ha muerto alguien.
Pedro Granjero. ¿Muerto? Muerto quisiera estar yo.
Don Crispín. No diga eso ni en juego, amigo mío.
Pedro Granjero. Es que… Me ha sucedido una desgracia, Don Crispín.
Don Crispín. ¿No puede ir al baño?
Pedro Granjero. ¡No! Mucho peor.
Don Crispín. Ya se, usted corrió a Doña Granjina, y… no se quiso ir –Silabando –
Pedro Granjero. Que cosas se le ocurre, Don Crispín, claro que no. Además, yo adoro a
mi Granjina bella.
Don Crispín. Pero si es en broma, amigo mío. Yo se que usted todavía bota la baba
por Doña Granjina.
Pedro Granjero. ¡Ay, mi dulce Granjina!
Don Crispín. Pero no me ha contado qué fue lo que le pasó ¿Por qué tantos gritos?
Pedro Granjero. Me han robado, Don Crispín.
Don Crispín. ¡Dios, Santo! –Moviéndose de lado a lado –
Pedro Granjero. Sí. Me robaron mis más grandes tesoros. Me robaron mis plantas
medicinales, Don Crispín ¡Buaaah, haha! ¡Buaaah, haha! –llorando desconsoladamente –
Don Crispín. Si no fuera porque tiene tanto moco suelto, lo consolara aquí en mi
hombro, amigo mío.
Pedro Granjero. Ahora qué le digo a la vecina Carmen. La pobre tiene una semana con
una acidez estomacal. Y pa’ completa’ se comío un plato de caraotas negras y la
barriga se le puso como un globo de esos que lanzan pal cielo, inflada, pues.
Don Crispín. ¿Y eso qué tiene que ver con el robo?
Pedro Granjero. La menta, Don Crispín, la menta.
Don Crispín. ¿La menta? No entiendo, amigo Pedro.
Pedro Granjero. La menta que me robaron, esa planta verdecita y tan llena de aroma,
se la ofrecí a la vecina Carmen para que se curara la acidez estomacal y los
gases, que parece que le van a explotar la barriga.
Don Crispín. ¡Ah! Ahora sí entiendo. La menta es curativa. Pero vamos a asomarnos a
la otra cuadra, a lo mejor las dejaron por ahí mismito.
Pedro Granjero. ¡Mi menta! ¡Ay! ¡Mi pobre llantén! ¡Tan bonita que estaba mi
hierbabuena, verdecita! ¡Buaaah, haha! –Llorando
–
Don Crispín. ¡Ya! Sacúdase esa nariz y nos vamos a buscar sus planticas.
Pedro Granjero. ¡Puuuff! –Sacudiéndose
la nariz –
Don Crispín. ¿Y no habrá una planta que sirva para secar esos mocos? Vamos, amigo
mío –Saliendo de escena –
.
(Pedro Granjero y Don Crispín, como dos buenos amigos, salen a buscar
las plantas medicinales extraviadas. Inmediatamente, Doña Granjina aparece con la Menta, el Llantén y la Hierbabuena, a quienes
nada se les entiende por venir hablando, todas a la vez, muy alegremente).
Hierbabuena. Yo soy Hierbabuena, ustedes me conocen. Y tengo muchas propiedades
curativas.
Llantén.
Yo soy Llantén, estoy por todas partes y curo muchas enfermedades.
Menta.
Y yo soy Menta, aromática y estoy en muchos platos dulces y también tengo mis
propiedades curativas.
Hierbabuena, Llantén y Menta. Somos las plantas medicinales.
Hierbabuena. ¡Que lindo paseo, Granjina!
Menta.
Sí, es rico caminar por las mañanas, y que nos pegue todo ese sol.
Granjina. Vieron que es bien saludable caminar todas las
mañanas.
Llantén, Hierbabuena y Menta. ¡Sí!
Granjina.
Desde ahora en adelante las sacaré todas las mañanas a pasear. Y verán como sus
raíces se ponen más fuertes. Y sus hojas
más frondosas y verdes.
Llantén.
Granjina, yo estoy muy contenta.
Granjina.
Ya se, me lo imagino, mi querida Llantén.
Llantén.
Sí, me enteré que a Carlitos se le curó el resfriado.
Granjina.
Si todos supiéramos lo curativas que son tus hojas, cada vez hubiera menos
resfriado en el mundo.
Llantén.
Y la conjuntivitis de Crispín, también se la curé ¿Te acuerdas?
Granjina.
Cómo no me voy a acordar de aquellos lagañones. Pobrecito, menos mal se llevó
varias hojitas tuyas, Llantén. Ya ni veía de tanta… laga… de tanta
conjuntivitis.
Llantén, Hierbabuena y Menta. ¡Jajajaja!
Granjita.
Buenos mis plantitas, voy a buscar algo de abono para echarles en sus raicitas.
Llantén, Hierbabuena y Menta. ¡Sí!
Menta. ¡Que
rico!
Granjina.
Espérenme no más un tantito.
(Granjina sale de escena. Mientras
las plantas medicinales se quedan en amena tertulia y tarareando algunas
canciones. A los pocos segundos, sin avisar, llega alguien no muy grato para
las plantas, el Gusano Perezoso).
Gusano Perezoso. ¡Ay! ¡Que rico! Allá está mi alimento. Y sin mucho esfuerzo lo he
conseguido.
(Gusano Perezoso se desplaza
haciendo zigzag y con mucho sigilo. Las plantas no se percatan de la llegada de
su desagradable amigo, pues, están muy entretenidas contando sus vivencias
curativas)
Hierbabuena. ¿Se acuerdan del floristero?
Llantén y Menta. ¡Claro!
Hierbabuena. Pues, de bromita no paró en loco. Gracias a que tomó una buena
cantidad de infusión de mis hojitas fresquecitas logró controlar los nervios.
Menta.
Ni te cuento del señor Enrique.
Hierbabuena y Llantén. ¡¿Enrique?!
Llantén.
¿El profesor?
Menta.
Ese mismito. Vino a la granja por unas de mis hojitas.
Hierbabuena. ¿Y qué tenía el profesor?
Menta.
Nau-seas (Silabando)
Hierbabuena y Llantén. ¡¿Sí?!
Menta.
Y la cara que tenía era como de tener una re-sa-ca. Y también se la curé.
Llantén.
Cierto, porque a la clase llegó silbandito.
Hierbabuena. Y con una sonrisota de oreja a oreja.
(Gusano Perezoso llega de sorpresa
y asusta a las plantas con un impulso que hace sobre ellas)
Gusano Perezoso. ¡Plantas chismosas! ¡Gurrrr! – Asustando a las plantas – No entiendo como saben todo eso.
Llantén.
Nos lo dijo Pedro Granjero –Con
voz de susto –
Gusano Perezoso. Ya se les acabó la guachafita, porque yo tengo hambre.
Hierbabuena. ¡Fuera, gusano manganzón! Tu vienes solo es a hacernos daño.
Menta.
Sí, los gusanos como tú, solo destruyen las plantas lindas como nosotras.
Gusano Perezoso. Pero hoy no vengo a comérmelas por gusto.
Hierbabuena, llantén y Menta. ¡¿Ah, no?!
Hierbabuena. ¿Y entonces a qué viniste?
Gusano perezosa. Es que tengo muchos retorcijones de tripas.
Hierbabuena, Llantén y Menta. ¡Ah!
Gusano perezoso. Sí, me metí en un jugoso tomate y creo que comí demasiado ¡Ayyy, mi
barriguita!
Hierbabuena. ¿Seguro no es para comernos y hacernos daño?
Gusano Perezoso. No ¡Ay! Me duele mucho. Creo que… hasta tengo diarrea ¡Ay!
Hierbabuena. Pobrecito gusanito. Bueno, para que veas que soy muy bondadosa te
dejaré comer una de mis hojitas. Y verás como te alivias.
Llantén.
La hierbabuena es efectiva para la diarrea y los dolores estomacales.
Hierbabuena. No me ayudes tanto, Llantén.
(Justo cuando Gusano Perezoso se
disponía a comer su suculenta hoja, llegan Pedro Granjero, Granjina y Don
Crispín)
Pedro Granjero. Alto gusano aprovechador.
Granjita.
Sí ¿Qué pretendías hacer con mis plantas?
Don Crispín. Está clarito, se las quería comer.
Gusano Perezoso. No, no. Yo solo quería un poquito de…
Granjina.
No te atrevas a tocar mis plantas. Ya veras lo que te haré para que nunca
vuelvas.
Gusano Perezoso. No, tranquilos. Yo me voy rapidito. Solo vine por un dolor de tripas.
Y por una di… una dia… ¡Santo gusano, ya me hago! ¡Me voooyyy! – Y sale a toda prisa de escena –
Pedro Granjero. Y ustedes mis plantas, deben evitar esos gusanos.
Don Crispín. Donde cae un gusano como esos, adiós plantas.
Menta.
¡Perdónennos, por favor!
Llantén.
Nosotras no lo sabíamos.
Granjina.
Ustedes son unas plantas muy generosas y buenas para la humanidad. Y es nuestro
deber cuidarlas y cultivarlas.
(Aparece Gusano Perezoso, con un
tubo donde se enrolla papel higiénico)
Gusano Perezoso. Por favor, quién me regala papel.
Ganjina.
¿Todavía no te vas?
Pedro Granjero. Párate gusano del demonio para darte tu merecido.
Don Crispín. Espérese, amigo Pedro –Deteniéndose – ¿No me va a dar mis hojas de
hierbabuena? Yo también tengo diarrea –Saliendo detrás de Pedro Granjero y de Granjina –
Menta.
¡Ay! –Suspirando – Y todo por cuidarnos.
Llantén.
Lo que pasa es que somos muy útiles para la humanidad.
Hierbabuena. Sí, somos…
Llantén, Hierbabuena y Menta. ¡Las amigas de la salud!
FIN
AUTOR: MAIRO RANGEL